LA HORA DEL RECONOCIMIENTO Y LA VISIBILIDAD DE NUESTROS CIENTÍFICOS SOCIALES

Autores/as

DOI:

https://doi.org/10.17398/1bm73d10

Palabras clave:

José Antonio Pérez Rubio, Tomás Calvo Buezas, Fernando González Pozuelo, Visibilidad, Ciencias sociales, Cambios, Berger y Luckmann

Resumen

Deseamos, en este 3er número de la Revista ALMENARA, tener especialmente presentes a tres admirados y entrañables colegas de profesión y de batallas, en un momento vital y profesional para ellos de especial significación. Nos referimos al sociólogo José Antonio Pérez Rubio, al también sociólogo y antropólogo, Tomás Calvo Buezas y al sociólogo Fernando González Pozuelo.
Entre otros retos este año nuestra asociación se ha propuesto que la medalla de Extremadura, por sus aportaciones a las ciencias sociales, sea para el insigne profesor Tomás Calvo Buezas, desde estas páginas queremos dar el primer impulso que esperamos sea culminado con éxito.

Biografía del autor/a

  • Marcelo Sánchez-Oro Sánchez, Universidad de Extremadura

    Diplomado en Trabajo Social por la Universidad de Granda (España), Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la UNED y Doctor en Geografía por la UEX. Es funcionado, Trabajado Social, del Excmo. Auto de Cáceres, en excedencia desde 2009. Profesor Titular de Sociología de la Universidad de Extremadura (UEX). Auto de unos ciencia artículos, libros y capítulos de libro referidos al desarrollo regional, actores sociales en el medio ruralurban, políticas públicas turísticas, comportamiento turístico, etc. Entre sus publicaciones más recientes se encuentran La participación de los grupos de interés (stakeholders) en la planificación y evaluación del turismo, La relación entre anfitriones y turistas: de la colonización a la turismofobia, Identidad y cohesión regional en el caso de Extremadura. Aproximación desde la sociología (Las estructuras sociales de Extremadura como condicionamiento de cohesión regional) y Sociología, Discapacidad y Accesibilidad Universal.

Publicado

2025-06-12

Número

Sección

Editorial