PUGNA POR EL PODER EN MARRUECOS
LA PERMANENTE REIVINDICACIÓN DE UNA MONARQUÍA PARLAMENTARIA
DOI:
https://doi.org/10.17398/a0hyvx36Palabras clave:
Cambio, Democracia, Monarquía, Partidos, PoderResumen
Pese a las múltiples reformas introducidas a la Carta Magna, el régimen marroquí no varió el fondo de su doctrina política que otorga una preeminencia a la monarquía. Durante su reinado, Hasán II rechazaba toda formula que conduciría a compartir sus prerrogativas constitucionales con la oposición. Al acceder al trono, Mohamed VI tampoco quiso abandonar el estatuto de rey heredado de su padre. Su poder se resume en la beia (pleitesía). Como Mohamed VI no revela totalmente sus intenciones, la clase política se arriesga a perder peso en los esquemas políticos apoyando sin oposición toda iniciativa que tienda a agradar a la monarquía. Ante las protestas de la juventud y el Movimiento del 20 de Febrero que coincidieron con la “primera árabe”, Mohamed VI anunció en un discurso, el 9 de marzo de 2011, una reforma de la Constitución. La mayoría de los partidos se movilizaron de inmediato para animar a sus militantes a apoyar favorablemente esta reforma en el referéndum del mismo año, que fue aprobada por un 98,5% de los votos emitidos.